jueves, 27 de octubre de 2011
cuento:)
Un día un niño llamado Saturnino, tiene 16 años el siempre va al instituto a las 8:20. Al llegar al instituto habla siempre con sus amigos de futbol, cosas que les han pasado.
Un día Saturnino les dijo a sus amigos que había encontrado un huevo, pero no un huevo cualquiera, era un huevo blanco con manchas marrones. Ellos me dijeron que sería de algún pájaro o un ave, pero Saturnino estaba seguro que no era de un ave. Pasaron los días y el huevo seguía en el mismo sitio donde lo encontró en el jardín del instituto. Saturnino iba siempre a ver el estado del huevo. Sus amigos empezaron a buscar información sobre el huevo para ver que de que ave era pero… no encontraron nada, se extrañaron y se lo comunicaron a Saturnino que el les informo que era un huevo nada más y nada menos que de un dinosaurio y ellos se echaron a reír, aunque se rieron sus amigos se entusiasmaron un poco y le empezaron a ir a ver el huevo con Saturnino. Los chicos fueron a preguntarle a la profesora que estaba en ese momento en clase y le dijeron ¿Cuánto tiempo tarda un huevo en abrirse? La profesora era media tonta o algo porque nos respondió, no sé cuándo se abre un huevo ¿ustedes no ven los documentales de la 2? Nosotros nos fuimos de allí antes de contestarle mal porque que preguntas son esas, si le preguntamos es que no vemos los documentales ¿ A quién le interesan esos programas? El Saturnino se lo pregunto a la madre y ella le dijo que en 21 días el huevo se abriría, pero como era de dinosaurio no se savia bien cuando se rompería asique lo busco en internet pero como no me le salía nada, dijo él se abrirá cuando se tenga que abrir.
Paso un mes y el huevo seguía intacto ellos dijeron pues abra que esperar un poco más, y así hicieron. De repente llegaron un viernes a las dos y media, salieron y encontraron el huevo que se estaba abriendo, un amigo de Saturnino lo grabo con su BlackBerry y efectivamente era un dinosaurio como había dicho Saturnino. Saturnino lo cogió y dijo hay que darle de comer, pero sus amigos dijeron que no porque crecería y después el dinosaurio los mataría. Y Saturnino lo cogió y se lo llevo para su casa.
Saturnino le daba de comer y lo cuidaba como si fuera un perro. Día a día le iba enseñando cosas nuevas Saturnino era como la madre del dinosaurio. Iban pasando los días y el dinosaurio crecía. Saturnino le llamo Filemón, sus padres le dejaron tener al dinosaurio en casa. Una tarde se lo llevo a sus amigos para que lo vieran y ellos le dijeron mátalo que nos comerá a todos y Saturnino se enfadó y se fue de allí porque él quería a su dinosaurio, ya habían pasado dos meses desde que se llevó a Filemón a su casa. El dinosaurio comía diez kilos de carne al día. Sus padres trabajaban el doble para mantener a su familia y al dinosaurio. Saturnino se olvidó de echarle de comer a Filemón y por poco no se lo come pero Filemón era muy obediente y no se lo comió. Sus amigos le preguntaban a Saturnino como estaba Filemón y él les contestaba con un tono seco y desagradable está muy bien y vivo y ellos decían vale me alegro, luego habían otros amigos que eran muy pesados preguntando que como estaba Filemón, que hacia todo tipo de preguntas. Filemón media un metro y medio ya y comía un poco más de carne. Ya lo llevaba de paseo, pero Saturnino se hecho novia y pasaba de un poco de Filemón y se puso muy triste el dinosaurio y no comía nada. Sus padres le dijeron que pasara más tiempo con él para que comiera y no estuviera triste, pero como su novia no quería eso lo dejo. El lunes fue a clase y la profesora de lengua les mando a hacer un cuento de 100 líneas pero como se quejaron todos lo subió a 200 líneas. Saturnino salió de clase a las dos y media y se fue para su casa y el dinosaurio estaba vomitando por algo que le sentó mal pensó. De repente se entera Saturnino que su ex estaba saliendo con otro chico, se enfado tanto Saturnino que le dijo a Filemón que se comiera a los dos. Los padres de su ex llamaron a la policía y lo contaron todo y se iban a llevar al dinosaurio pero se resistía y Saturnino le dijo vete para donde tú quieras no les hagas caso, pero fue tanta su tristeza que se echó a llorar que sus padres le dieron un relajante y se quedó dormido y se lo llevaron para su casa y cuando abrió los ojos el dinosaurio seguía allí.
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